jueves, 12 de abril de 2012

Coquetas hasta decir ¡basta!

Las chicas coquetas, extremadamente sociables y a las que les gusta llamar la atención todo el tiempo, se dice que tienen un trastorno histriónico. Esto no es malo, mientras no sea obsesivo, aseguran los psicólogos que conocen del tema, más bien es una característica que puede beneficiar a una persona.

El trastorno histriónico de la personalidad se caracteriza por una emotividad generalizada y excesiva, y un comportamiento de búsqueda de atención del entorno.

Si una persona así puede controlarse, todo estará bien, pero si no, su actitud puede causarle problemas sociales, laborales y profesionales. “En el trabajo, por ejemplo, alguien podría malinterpretar el coqueterío y creerse con derecho para acosarla”, expresa el psicólogo Óscar Urzagasti.

En cuanto a su relación de pareja, el profesional explica que el novio, por muy comprensivo que sea, pronto alimentará celos e inseguridad. Puede también ocurrir que él no le preste la atención ni le dé todo el tiempo que ella cree que merece, hecho que le causará depresión y sembrará el camino de problemas, hasta una ruptura que es lo más probable.

Por eso, es bueno conocer la personalidad de cada individuo para saber cómo actuar, sin ofender ni dañar, y para tener claro hasta dónde se está dispuesto a tolerar.

Rasgos histriónicos

“Los artistas tienen rasgos histriónicos de manera casi necesaria, ya que al subir al escenario deben extremar sus gestos y movimientos para llamar la atención”, dice el psicólogo Tomy Salgueiro. “Pero, se torna en un defecto si el estado de ánimo y el humor de la persona es regulado y depende de lo que los demás digan y piensen sobre ella”, artista o no, complementa Urzagasti.

Según este especialista, una personalidad afectada negativamente por tal característica, muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional para llamar la atención. Y “cuando no lo consigue, se deprime y empieza a presentar problemas de identidad; sus quejas, por lo general, tienen que ver con que no son valoradas por nadie”.

Si el problema alcanza ribetes de gravedad, la ayuda de un psicólogo o un psiquiatra es lo más aconsejable, sugiere Urzagasti.

El profesional explica que todas las personalidades tienen un punto de comportamiento normal y uno expuesto a los extremos o patológico. “Si la personalidad histriónica se vuelve enfermiza, puede derivar en trastornos psicosomáticos, haciendo que lo psicológico se vuelva físico: el individuo desarrolla trastornos de ansiedad, problemas estomacales, úlceras y la ya mencionada depresión”.

Otro riesgo es que buscan en todas sus acciones la gratificación inmediata, y cuando comienzan a dedicarse a una actividad, su interés se desvanece rápidamente porque no son consecuentes.

Las personas histriónicas suelen hablar en voz muy alta, hacen gestos al mirar y conversar y marcan mucho sus movimientos al caminar. El hecho de ser abiertamente coquetas y seductoras, hace que ellas se perciban como un objeto de deseo. “Si le preguntas qué quisiera ser si pudiera elegir, ella dirá que una rosa, porque es muy linda, es roja, todos la ven y le prestan atención”.

El riesgo está en que los demás pueden llegar a leer las señales de manera distorsionada. “Si todas las relaciones en sociedad están erotizadas, no sólo se exponen al acoso”, también las malas interpretaciones conllevan una condena social.

Provocativa

La interacción con los demás se caracteriza por un comportamiento sexualmente seductor. Una persona así suele seducir a los nuevos conocidos disfrazando la actitud con carácter locuaz.

Amistad

Intensa al principio, pronto el interés va disminuyendo, pues conseguido el amigo, a otra cosa, parece pensar una histriónica.

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