jueves, 26 de mayo de 2011

Mi hijo quiere ponerse un piercing en la lengua

Mantén la autoridad sobre tus vástagos sin dañar su autoestima; trata de entenderlos

“Mi hija Sheyla (17) me pidió permiso para ponerse un piercing en la lengua. Sin pensarlo, le dije que no, porque tenía miedo de que le cause alguna infección o accidente al comer. Hoy lleva más de dos meses insistiendo para hacerse ese daño”, cuenta Sandra.

El uso de un piercing (perforación corporal para llevar un aro u otro accesorio) es muy común en estos tiempos. Los jóvenes quieren lucir un bonito detalle y presumir de él. Muchas veces, más que pretender entrar en la moda, el adolescente busca reafirmar su personalidad, compatibilizar con modelos que lo identifican o seguir lo que hacen sus amigos, señala la psicóloga Tatiana Jáuregui.

Lo recomendable es negociar con tu hijo antes de ceder a que se haga una perforación, tomando en cuenta su edad y el lugar donde la quiere. Por ejemplo, el dermatólogo Johnny de La Riva señala que un piercing en la lengua es más peligroso que en ninguna otra parte del cuerpo, pues la cavidad oral está expuesta a focos infecciosos. “Cuando alguien se coloca pendientes u otros, debe tener cuidado absoluto con los alimentos, al menos los primeros siete días de habérselo puesto”, indica De la Riva.

Jáuregui expresa que, según los casos, los menores de 15 deberían abstenerse, ya que a los 16, generalmente, se vive una etapa en que prima la búsqueda de identidad. “Es una reafirmación de su personalidad y todo aquello que le provea lo que busca será positivo para él”, comenta la psicóloga.

Como padre o madre, puedes asumir tu autoridad explicándole a tu hijo los distintos riesgos que presenta una perforación para su salud, como cuando se tiene queloides que dejarán cicatrices notorias. El tema de que se aburra, la moda o eso de que ‘mis amigos los tienen’, son también discutibles. Asimismo, se puede negociar una edad determinada para asumir la decisión.

Si pese a esto tu hijo o hija insisten, lo peor es la burla (“los aretes son para maricones”) o una prohibición, pues su rebeldía puede empujarlo a hacerse la perforación a escondidas. Háblale claro para que asuma la responsabilidad sobre su integridad física, respeta su individualidad y acompáñale en su decisión supervisando un trabajo con personas expertas.

Orales
No todos pueden hacerse un piercing en la lengua o el labio. Ambos pueden ocasionar problemas gingivales y dentales. No resultan recomendables en personas que tienen un esmalte débil, con implantes dentales, u otro tipo de problemas bucales.

Oreja y nariz
Ambas zonas están compuestas por cartílago, así que la cicatrización es lenta y pueden formarse granulomas (lesiones abultadas). La nariz es muy susceptible de infecciones, pues pueden colonizarla estafilococos. En el pabellón auricular, la proximidad del pelo y la presión al dormir dificultan la curación.

Ombligo
Es la zona más propensa a las infecciones, por sus pliegues y exige unos cuidados higiénicos muy estrictos. La ropa apretada puede dificultar la cicatrización y facilitar los procesos bacterianos. No se recomienda en ombligos prominentes o en adolescentes.

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