jueves, 19 de mayo de 2011

Lidiando con las suegras

Estudios indican que el 60% de las relaciones entre suegras y nueras son difíciles, hostiles o incómodas, contra un 15% de los yernos que lo afirma. Generalmente la pugna es por el cariño del hijo

Lucía ha intentado de todas formas llevarse bien con su suegra María, quien parece estar siempre en disputa con su nuera por el cariño de su hijo. Sin embargo, todos sus intentos han sido vanos porque, haga lo que haga, nunca le da satisfacción.

“Me cansé de las críticas de mi suegra, de que no atiendo a mi esposo como se merece, que le falta más sazón a la comida, que no educo bien a mis hijos y tantas cosas más que prefiero ignorarlas. Lamentablemente a veces ella influye en mi marido y terminamos peleando”, relata.

Maritza vive en casa de los papás de Mario y desde el primer día su suegra le hizo la vida imposible. Siempre ha tratado de hacerla sentir inferior porque no es profesional, además de decirle que es una mantenida. Sin embargo, cuando buscó un trabajo para ayudar a su marido, comenzó a decir que estaba descuidando a los niños.
“Se mete en todo, en mi matrimonio y en la crianza de mis hijos y ya no sé qué hacer. He hecho lo posible para llevarme bien con ella, para agradarla pero todo lo que hago le molesta y lo peor es que mi esposo se siente entre la espada y la pared. No podemor irnos a vivir solos porque no nos alcanza el dinero”, comenta Maritza.

Datos estadísticos
Situaciones como las de Lucía y Maritza son muy comunes. Tras 20 años de investigación la psicóloga Terri Apter y docente de la Universidad de Cambridge, Estados Unidos, encontró que más del 60% de las mujeres asegura que la relación con su suegra es hostil, difícil o incómoda, contra un 15% de hombres que afirma lo mismo.

Entretanto que el 55% de las suegras dice sentirse incómoda por tener una relación tensa con la esposa de su hijo a las que consideran demasiado sensibles, mientras que las nueras sienten que no hay reconocimiento y validación de su propia identidad.

Hay que cortar el cordón
De acuerdo con los especialistas, las principales quejas tanto de las nueras como de las suegras tienen que ver con la importancia que ambas mujeres quieren tener en la vida del hombre en cuestión.
La sensación de rechazo es un sentimiento recíproco, ya que ni la nuera ni la suegra aceptan que ambas necesitan el reconocimiento y el respeto de cada una.
“Las madres debemos darnos cuenta de que hay que cortar el cordón umbilical con nuestros hijos. Cuando forman un hogar, tenemos que saber que hay una mujer importante en sus vidas y es necesario respetar su relación”, afirma Sonia Martínez, que tiene dos hijos varones casados y cuyo relacionamiento con sus nueras es muy buena, aunque al comienzo fue difícil, pero luego todo cambió gracias a la comunicación y al respeto.

Lo que sucede muchas veces, indica la psicóloga Ana Rosario Calvo, es que la suegra desea seguir teniendo parte en la vida de sus hijos y no se resigna a aceptar que ya creció, que formó su propia familia y que ya no le pertenece solo a ella.

Guerra por ser la primera
Es lamentable, explica, pero algunas mujeres siempre sentirán celos de sus nueras y el problema aumenta con aquellos hijos sobreprotegidos que sufren a diario las presiones de su madre y de su pareja por intentar mantener su interés. “El hogar se torna en un campo de batalla por conseguir ser la primera entre las dos luchadoras”, aduce la especialista y añade que a veces esta situación se da por una necesidad de cariño, la que hace que suegra y nuera se enfrenten, sin darse cuenta de que el mejor camino es mantener sus límites y aceptar cada una su rol.

Una buena forma de solucionar este conflicto, asegura Ana Rosario, es que los hijos sepan que son los encargados de dictar las normas necesarias para que la buena comunicación surja. Además, cada una de las partes debe tener claro su papel y no querer acaparar todo el protagonismo.
“Hace falta la madurez y buena voluntad de ambas partes, así como la comprensión por parte de los suegros de que los hijos no deben retenerse, sino que debe propiciarse su felicidad”, argumenta.

Envuelta en el mito
Para la psicóloga Mónica Rivero la relación suegra versus nuera presenta un mito: siempre tiene que ser mala porque ambas se disputan el amor del hijo. “No podemos generalizar porque también encontramos vínculos muy buenos hasta el punto que hay suegras que hacen el papel de madres”, indica.

Explica que si bien hay suegras que por alguna razón no hacen el intento de llevarse bien con la nuera, todo va a depender de la posición que tome esta. Es decir, si ve que la madre del esposo siempre está al ataque, ella tiene que actuar como si no pasara nada, porque si le sigue el juego de la guerra, se desatará un conflicto que afectará tanto a la relación marital como a los hijos que viven el drama.
“Como nueras hay que pensar que las únicas afectadas en una mala relación con la suegra somos nosotras, porque querramos o no ella siempre será la madre del esposo así que debemos hacer lo posible en mantener una relación de respeto y si nosotros damos el ejemplo no le quedará más que devolver lo recibido”, manifiesta Mónica.
Por otra parte, aconseja, en los casos en que la relación realmente se torna insoportable, es mejor entablar un diálogo directo y preguntar a la suegra qué es exactamente lo que le molesta e intentar llegar a un acuerdo.

Poner en orden las prioridades
“La experiencia de lidiar y amar a mi suegra es muy especial porque he vivido con ella desde que me casé. Mi esposo es hijo único y ella quedó viuda y no hubo más que tenerla desde hace 32 años. Al principio fue muy difícil porque yo era una persona inmadura y de ello se aprovechó. Quería tomar el mando de la casa y menospreciarme, pero ahí estuvo mi esposo que me dio el lugar que me correspondía y empezó una batalla muy dura durante algunos años. Pero lo demás ya es historia, porque ahora esta viejita, de 88 años, tiene en mí a su único apoyo, ni siquiera es su hijo”, cuenta Susana de Álvarez, del Ministerio Unidos por Siempre.

Ella explica que los esposos deben entender que dejar padre y madre al unirse en matrimonio, es un principio básico que está escrito en la Biblia, y si las personas se sujetaran a la Palabra, no deberían existir mayores conflictos entre nueras, yernos y suegros.

Asimismo, señala que existe un orden de prioridades que debería respetarse en los hogares: Dios, esposo (a), hijos y familia.
“Quienes cumplan y pongan en orden sus prioridades, van a colocar a la mamá en su perfecto lugar y esto ayudará a que el relacionamiento con la nuera sea mejor”, concluye Susana.

Reglas sencillas para una buena relación

Para la suegra:
• Reconocer que los hijos hacen su propia vida, que su tiempo ya pasó y no deben esperar que la nuera se comporte de la misma forma que ellas.
• Hablar con la nuera con sinceridad.
• No verlas como a una intrusa.
• No esperar que la nuera haga las cosas como a ellas le gusta, cada una tiene su propia personalidad y su manera de trabajar.
• Evitar imponer sus ideas.
• No pretender que los nietos sean criados como ellas criaron a sus hijos. Hay que dar el consejo sólo cuando se lo pidan, pero esperar que lo sigan al pie de la letra.
• No critiquen a la nuera enfrente del hijo.
• Cuando sea necesario, ayuden sin esperar nada cambio.

Para la nuera:
• Aceptar los consejo sin pensar que es una intromisión.
• Aceptar que como hijos tienen un deber con sus padres, pero ambas partes deben balancear su tiempo.
• Saber cuándo y dónde poner límites, sin tratar ni hablar mal de la suegra.
• No discutir los conflictos de pareja delante de la suegra.
• Seguir las reglas básicas de la comunicación, sin insultar ni recriminar.
• Evitar comentarios ofensivos de la madre de tu esposo.
• Aceptar la experiencia de las suegras, y buscar su orientación.
• No olvidarse de que la familia es la parte más importante de la vida, en esto también se incluyen las suegras.
• No ver a la suegra como a una rival.

Cómo librar conflictos

Susana de Álvarez, responsable del Ministerio Unidos por Siempre de la Universidad de la Familia, brinda los siguientes consejos para evitar contiendas y malos entendidos:

1. Comunicación. Es interesante cuando entre la nuera y la suegra forman lazos de amistad y complicidad mediante la comunicación. No nos olvidemos de que la suegra tiene años de sabiduría y experiencia y puede ser una aliada y consejera. Siempre es bueno abrir el corazón, hablar y expresar lo que sentís. Ausentarse no es el método correcto, ya que la familia es el principal núcleo de apoyo y cuando ella lo necesite no obtendrá la respuesta deseada.


2. Las críticas. Deben ser tomadas con sabiduría e inteligencia. A veces la suegra no desea herir sino aconsejar y no sabe cómo hacerlo. No seamos vasos recipientes de todo, sino sepamos dejar pasar las palabras en doble sentido, no sabemos cómo está el corazón de esa mujer y hay que entenderla en amor. Devolver bien por mal, es una salida para que ella se dé cuenta de que lo que dice no te afecta. Más bien elogiá sus virtudes y seguro encontrarás una aliada indiscutible.
3. Aprender a escuchar. Esta sociedad agitada y rápida no se permite segundos valiosos para escuchar. Tu suegra tiene años de experiencia y sabe muchas cosas que aún no has experimentado, no contendás con ella o con lo que has aprendido en tu casa, aceptá las cosas buenas y desechá lo malo sin que ella se dé cuenta, total tu suegra se sentirá valorada al ver que aceptás sus consejos.


4. Hay que considerar que te has llevado a la persona más valiosa de su vida y que por un tiempo le costará asumir el vacío que deja al casarse con vos. Visitala con regularidad e invitala a tu casa a compartir en familia, para que ella sienta que todavía forma parte de la vida de su hijo.
5. Ama incondicionalmente. Con el amor que Dios te ha dado para retribuir los años que ha cuidado de tu esposo y padre de tus hijos. Un día estarás ocupando el mismo lugar y lo que ahora sembrés eso mismo cosecharás.

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