martes, 24 de mayo de 2011

Claves para detectar y superar el exceso de ego en la adolescencia.

Quienes no aceptan un no como respuesta, quienes creen que dominan la verdad de modo exclusivo, quienes se alteran ante aquellos que le llevan la contraria, quienes no saben manejar la frustración y defienden sus criterios a través de la agresividad y buscan siempre que su punto de vista subyugue el de los demás se definen en una palabra: prepotentes, ésta es una actitud que se ve con mayor frecuencia en la adolescencia, pero que a la vez se le debe prestar atención.
La psicóloga Olga María Renville advierte que este tipo de persona pretende ser dueña de la verdad absoluta, anteponiendo su criterio al de cualquier otro. "Incluso siente que nadie más tiene la razón", dijo.
¿CÓMO SE INICIA? Renville afirma que desde la infancia se comienzan a modelar las características. Explica que cuando a un niño desde pequeño se le complace en todo, cuando su padre o madre obedece a todas sus pataletas a partir de los dos años, y para no verlo tirado en el piso o llorando le da el dulce o juguete que quiere, "se está delineando una personalidad de prepotencia porque el niño siente que con un berrinche ejerce el poder de cambiar la opinión y puede manipular a los padres". Este comportamiento se asume en la adolescencia y en la vida adulta y los individuos con esta cualidad negativa se vuelven incapaces de tolerar las frustraciones. Siente que cuando hay un "no" de por medio, los demás están equivocados y en su contra.

CAUSAS EVIDENTES. Muchas de estas situaciones se dan por falta de cariño o atención de los padres hacia sus hijos, por la misma condición social en la que viven, ya que reciben todo y la falta de preocupación por los sentimientos ajenos los libera y les permite lograr cosas "grandes". Estos logros temporalmente llenan el vacío que deja la falta de relaciones interpersonales.

COMPORTAMIENTO Y CONSECUENCIAS. Estas personas siempre están inconformes con lo que les pasa, nunca se sienten del todo satisfechas y nunca lo estarán porque al creer que son dueñas de la verdad no admiten opiniones ni consejos de otros por no considerarlos válidos. "Entonces, evidentemente siempre van a ser infelices", dice la experta, ya que la gente prepotente con frecuencia puede desarrollar depresión, ansiedad y tensión por la carga que les provoca el no poder luchar contra ese mundo que sienten está en su contra.

SABER SUPERAR. Lo que ayuda a los padres a permanecer en el camino correcto es la propia confianza que tienen en las relaciones humanas afectivas. La confianza de un padre en la bondad de su hijo lo ayudará a superar los muchos momentos difíciles que siempre afectan a toda familia. La preocupación por los miles de detalles de cada día, la empatía de los padres hacia las necesidades de los hijos, son la base desde donde nacerá la empatía de los hijos hacia otras personas.

ES IMPORTANTE

Enseñar desde la infancia que existe el Sí y el No, y que hay consecuencias.

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